Amigos
- Andres Rojas Rueda
- 26 nov 2018
- 1 Min. de lectura
Amigos desde la infancia, hermanos de crianza unidos e inseparables aunque cada uno tome diferentes caminos
ingratos e inconscientes que al crecer nos damos el lujo de no volver a esas raíces donde con esos hermanos
crecimos y compartimos momentos, sonrisas, peleas, problemas, alegrías y locuras . Insuficientes al terminar
aceptando que el único modo de reencontrarnos es decirle adiós a un hermano.
Vida dura, injusta e indolente que decides golpearnos para abrir nuestros ojos y que de nuevo tomemos nuestras manos
duelo incesante que hoy divides nuestros corazones entre el infinito al que se va quien la vida se lleva y esta tierra
en la que otros hermanos nos quedan.
La vida nos unió, nos hizo amigos, nos formo como hermanos, nos convirtió en familia y el día de hoy ni la muerte podrá separarnos
Por el contrario la partida de un hermano reúne a aquellos ingratos que olvidamos sacar un instante de nuestro tiempo para aquellos
que siendo niños fueron nuestro tiempo entero.
No es un adiós, ni un hasta luego, mas bien un hasta pronto y hasta siempre, en la sima nos veremos de nuevo pero por ahora vigilamos
desde el cielo, al que después de viejos todos te alcanzaremos y reiremos y jugaremos de nuevo como en aquellas épocas donde no existía
el tiempo para no tenerlo, donde cualquier rejo era motivo suficiente para un encuentro y donde poco a poco la vida se nos fue llenando de recuerdos
que nos acompañaran por siempre al igual que aquellos que ya partieron siempre en nuestra mente y corazones.

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