DEJA DE MIRAR ATRÁS

¿Que tan grande debe ser un suceso de tu vida para que la marque de una forma tan profunda que sientas que todo allí ha terminado?, si la vida está llena de matices, de cambios constantes, de fracasos y logros, de amores y desilusiones, si sabemos que todo puede pasar y en tan solo un instante todo lo que es puede dejar de ser, entonces ¿porque detenerte en un recuerdo o un sentimiento que absorba toda tu energía y se lleve tu alegría?

Los sentimientos en ocasiones pueden llegar a ser tan fuertes que nublan el juicio y hacen que el ser humano centre su vida en aquel sentir creyendo así que no hay nada más allá. Si el sentimiento es positivo y nos hace sentir reconfortados podemos pensar que es todo lo que necesitamos para vivir y en torno a ello desarrollamos planes, idealizamos metas y construimos sueños sobre una nube que facilmente en cualquier momento podría disiparse porque no tenemos en cuenta que los sentimientos en parte son emociones efímeras e intensas que se van consumiendo con el tiempo y a medida que se desgastan van menguando, quitando la ceguera y dando un panorama diferente al que construyó aquellos sueños que se desintegran lentamente como barquillos de papel navegando a la deriva dejándose consumir sin siquiera notar que todo se puede acabar y es en esa situación cuando lo que en algún momento fue bueno, se convierte en un sentimiento negativo que nos vuelve a cegar, las nubes sobre el buen juicio vuelven a aparecer y como todo lo que habíamos construido se derrumba sentimos que ya nada tiene sentido que ya no podemos avanzar y que no hay nada más allá.

Un corazón roto mal guiado por sentimientos de apego y baja auto estima puede llegar a ser perjudicial para salud física y mental de quien lleva esa carga consigo, aquellas personas que se niegan a dejar de vivir de los recuerdos son las que no pueden avanzar tras una decepción y por ello apagan su espíritu y cambian su actitud frente a la vida de maneras radicales amargándose y sintiéndose con el derecho de juzgar la vida de todos los que los rodean. Dichas decepciones no son únicamente amorosas o afectivas, también pueden ser de carácter intelectual, social o ideológico y en cualquiera de los casos se pone una enorme barrera que impide a la persona avanzar.

Los seres humanos somos animales de costumbres y siempre nos podemos adaptar a los cambios que la vida nos va presentando en el camino, por tal razón si somos conscientes de ello y dejamos de lado todo aquello que nos ata y en especial el apego al pasado, podremos vivir una vida a plenitud, no me refiero a estar siempre felices y tranquilos sino a saber proseguir la vida con lo que esta nos traiga por vivir, forjando nuevas vivencias, guardando nuevos recuerdos, dejando atrás los rencores, superando día a día los problemas sabiendo que nunca serán eternos y que siempre traen enseñanzas, lo único que debemos hacer para aceptarlas es no dejarnos nublar por los sentimientos, saber prestar un poco más de atención a la razón y siempre tener en cuenta y recordar que nos llevó al lugar donde estamos y al lugar al que queremos llegar. Nunca existirá un problema que supere la capacidad del ser para resolverlo, jamás ninguna carga será más pesada de lo que podamos resistir, al liberar la mente y romper las limitaciones encontraremos solución a cualquier problema, solo hay que respirar profundo y abrir la mente a las posibilidades ya que si un problema te encierra en un callejón sin salida, de seguro tu mente querrá enseñarte mil rutas alternativas que te forjen un mejor destino.