INICIO Y FIN

Son tan similares el principio del final que pareciese que son un circulo en el que todo vuelve a su lugar, nacemos tan frágiles y vulnerables que el mas mínimo daño nos podría afectar y envejecemos tan débiles y cansados que bastaría un suspiro para con todo terminar.

Cuando llegamos al mundo nuestros ojos se abren y se deslumbran ante el asombro y la fuerza del primer rayo de sol que nos llega a impactar, cuando estamos a punto de partir los parpados de cierran cayendo en la oscuridad mientras la mirada guarda un brillo especial de la ultima luminosa brecha de luz que el sol nos pudo brindar.

Los infantes son como recipientes vacíos listos para llenarse de todo lo que el mundo les pueda brindar y a la vez están expuestos a quebrarse con la realidad a causa de la falta de conocimientos con los que se deben llenar y los ancianos son como vasijas rebosantes de experiencias, atiborrados de conocimientos, de cargas tan pesadas que se hacen frágiles repletos de sabiduría que puede hacerlos estallar. Pero estas dos conjeturas no son nada en realidad cuando comprendemos que ambos seres son fuertes en realidad porque ambos entienden algo que unos aprendieron de la experiencia y otros no han perdido gracias a su inocencia y es la capacidad de disfrutar la vida segundo a segundo, sin afanes, sin carreras, se convierten en el símbolo de nuestro pasado y nuestro futuro, marcan la linea entre lo que fuimos y lo que seremos y es por ello que debemos protegerlos, contagiarnos de sus pequeñas alegrías y amarlos con la pureza que nos entrega la muestra de un ciclo en su principio y su final.

Este escrito esta dedicado a mi hermosa abuela quien se encuentra en su recta final, la persona que me enseño a amar, a quien dedico mis días y a quien amare incluso cuando los suyas terminen.